Hoy hemos madrugado más de lo habitual porque nuestra cita con el autobús era a las 8.30; nos esperaban Whitby y Scarborough, pero en el camino pudimos ver un extraño edificio perteneciente a los servicios secretos (principalmente americanos). Al parecer es algo parecido a un iceberg, la parte visible es mucho menor que la subterránea y los secretos que guarda son eso... secretos.
Luego hicimos una parada en Goathland para visitar la vieja estación de tren en la que se filmó la película de Harry Potter. Diluviaba sin piedad y el viento completaba la estampa; las ovejas y las cabras campaban a sus anchas en mitad de la carretera, pero a la hora de irnos vimos dos trenes de vapor.
Unas millas más y llegamos a Whitby, pueblo pescador que cuenta con abadías, el cementerio del puerto, el que inspiró la historia de Drácula, la famosa escalera con 99 escalones, viejos puentes levadizos, barcos piratas que pasean a los turistas y por supuesto estrechas callejuelas llenas de tiendecitas en las que abundan los dulces típicos y las joyas hechas con azabache, y por supuesto un espectáculo basado en el famoso vampiro. Un sitio estupendo para pasear y disfrutar .
A las 13.30 salimos hacia Scarborough porque pese al mal comienzo del día, finalmente el tiempo acompañó. La sorpresa fue que nos encontramos con la celebración del día de las fuerzas armadas y el pueblo estaba abarrotado de gente, lleno de banderas de todo tipo, soldados, veteranos con medallas, bandas de música, carros de combate... además de una pequeña feria con noria y todo.
¡Qué riquinos cuando duermen!